31 julio 2007

El mar en paz


Ayer ocupaba la última página de "El País" un reportaje sobre las obras que se llevan a cabo alrededor del Monte Saint Michel, en la costa atlántica francesa, para que no pierda su principal encanto, que consiste en que la marea alta lo deja aislado del continente dos veces al día. Al parecer ya sólo ocurre eso 50 días del año. El mar se ha vuelto vago o no puede con el avance de los terrenos costeros. En realidad, en casi todas las costas habitadas, mi ciudad (San Sebastián) incluída, el mar ha perdido terreno, por los vertidos y el relleno de marismas, la construcción de diques, de nuevas playas, de puertos ...

Hoy dedica una página ese periódico ecologista (pero pronto pronuclear, lo verán ustedes) a ensalzar un proyecto australiano consistente en preservar no sé qué pasillos marinos para que las especies océanicas puedan emigrar ante el catastrófico calentamiento que se avecina. La realidad es que este invierno austral la extensión del hielo que rodea la Antártida lleva camino de batir un record (lo contrario ocurre en el Artico, es cierto) y las aguas de Australia están más bien frías. Abajo pongo el mapa de la anomalía térmica (en azul, las aguas más frías de lo normal, y en naranja, las que están más cálidas).


fuente: http://earth.rice.edu/mtpe/hydro/hydrosphere/latest/avhrr_sst/avhrr_ssta.html